Partido Privado

Acción-protesta específica contra la reforma educativa de la L.O.U.


Las protestas contra la Ley orgánica de Universidades, ocurridas a finales del año 2001 en España, tuvieron en la comunidad autónoma gallega una gran importancia, tanto en relación al número de personas movilizadas como a la extensión y a la intensidad de las mismas a través de la gestión de recursos y oportunidades políticas creadas.

Según datos recabados por Efe, Valencia, reunió entre 5.000 y 11.000 personas, según la Policía Local y los convocantes, respectivamente, y en Barcelona, entre 2.800 y 15.000. En Andalucía hubo manifestaciones en Málaga (5.000 personas, según la policía); en Sevilla (3.000), en Huelva (300), y en Badajoz (500), mientras que en Murcia y en La Rioja no hubo convocatoria. En Santiago de Compostela, miles de estudiantes de toda Galicia acudieron el 29 de Noviembre a la capital gallega para manifestarse contra la LOU en una multitudinaria marcha que colapsó el tráfico en el centro durante varias horas. La marcha, que partió a las 12.00 horas de la Alameda compostelana y finalizó en la Plaza del Obradoiro tres horas más tarde, fue seguida por unas 25.000 personas, según fuentes de la policía, cifra que según los convocantes alcanzó los 50.000 manifestantes.

Aquellas protestas suponía la antesala de la megamarcha que recorrerá las calles de Madrid el sábado de esa misma semana, a la que asistirían estudiantes, partidos políticos, sindicatos, rectores y profesores. El Sindicato animó insistentemente a los alumnos para que se sumen a esta movilización. "1, 2, 3, si no nos hacen caso, volvemos otra vez", decían. Previamente en otras provincias como Granada y Sevilla también hubo iniciativas originales. Pero sin duda, la movilización más original fue la de Santiago de Compostela donde desde la transición no se había vivido en esta comunidad una cadena de manifestaciones tan multitudinarias como éstas.

Para cualquier manifestación existen siempre otro tipo de acciones de carácter igualmente efectivo a la hora de exponer cualquier desacuerdo, y en la capital gallega durante aproximadamente 30 días se pudo ver un amplio y variado tipo. Merece la pena reseñar un mosaico que se hizo en la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela con las palabras “Non á L.O.U.”, la cual requirió una gran movilización de recursos y una sintonía por parte de numerosos estudiantes de distintas facultades. Alguna se utilizó a modo de acción-entretenimiento como la proyección de películas en la calle, otras fueron de tipo solidario como la donación de sangre masiva en respuesta a la falta de reservas en los bancos del Servicio Galego de Saúde: unos 200 estudiantes donaron sangre bajo el lema: "Antes de que nos chupen la sangre, la donamos nosotros". Pero la más llamativa de todas ellas fue sin duda la acción-performance desarrollada por los alumnos de la facultad de bellas artes de Pontevedra, la cual desfiló por distintas ciudades gallegas y que tuvo una acogida positiva entre la comunidad universitaria.

Distintas personas uniformadas a modo de seguidores de un partido totalitario que lanzaban consignas ultraderechistas a favor de la L.O.U. y del gobierno del Partido Popular y que parodiaron una carga policial contra los manifestantes al final, durante, y antes de la marcha multitudinaria del 29 de Noviembre. Fue una acción altamente novedosa, en sintonía con las de la llamada “guerrilla de la comunicación” (Blisset, Grupo autónomo AFRIKA y Brünzels, 2003); con una carga simbólica altamente rupturista e incluso violenta, ya que la similitud de los ropajes y de los símbolos era similar a la del partido nazi, esto no era si no el preámbulo de lo que era el eje legitimador para esta acción, un mitin del “Partido Privado”.

Desde Pontevedra los estudiantes de la facultad de Bellas Artes habían fundado el Partido Privado (¿un nuevo PP?), cuyos seguidores habrían la manifestación de Pontevedra vestidas con camisetas negras al tiempo que declaraban ‘privatizadas’ las calles. Se colocaron sistemas de cobro para los arboles públicos donde se paseaban perro domésticos o en bancos de las alamedas. Esta concepto fue exportado entonces al grupo estudiantil de la capital de Galicia, en donde con la ayuda de todos los comités, estudiantes y ciudadanos se puso en marcha todo un complejo y sofisticado ejercicio de mímesis con un partido político oficial.

Se trataba de infectar a los diferentes comités organizadores con los diseños, soportes y símbolos de toda la sofisticación de un partido político no existiendo una uniformidad más allá de lema “Nón á L.O.U.”, lo cual mostraba el carácter descentralizado del diseño y su difusión. Alguno tuvo una repercusión mayor como el “lazo amarillo”, y alguno estuvo directamente relacionado con miembros del ejecutivo autonómico (pegatina con la cara del presidente autonómico, circundada por una señal prohibitiva). Existieron también iniciativas de carácter espontáneo e individual que tuvieron una repercusión incierta (ya que no se pudo realizar una contabilidad), como el caso de la campaña para escribir “Non á L.O.U.” en los billetes de las aún vigentes pesetas o protestas haciendo gimnasia o cualquier actividad en el espacio público a la manera de la caristeia china.

La resonancia de los nuevos marcos simbólicos propuestos en las acciones fue doble: Por un lado se intentaba conectar los nuevos marcos de la cultura estudiantil con los de la cultura política existente de la población en general, llamando a la ciudadanía para una defensa de lo público frente a lo privado, lo cual tuvo un gran éxito, dado que ademas de utilizar los soportes de transferencia habitual de un partido político se trato de pedir intendencia a los diferentes servicios a los que afectarían las modificaciones de la L.O.U., de manera que casi toda la población se involucró creando un espíritu de entusiasmo del todo natural. Se buscaba relacionar las reivindicaciones de la L.O.U. con supuestas características juveniles: sentido crítico, rebeldía, imbricadas con la situación vital propia de la juventud, que se trataron de transmitir a dispares edades de la vida pública.

El resultado, tanto productores como consumidores que conforman la trama social pública y privada participando en las dependencias de la universidad pública, por primera vez pública universidad. Estos marcos sirvieron para el auto-convencimiento y para la proyección de las reivindicaciones y la movilización de elementos externos al mundo universitario en intereses comunes. Todo esta efervescencia vivida en apenas tres días de preparación donde se realizaron banderas donde se sustituyeron las gaviotas del partido mayoritario del país por un buitre, emblema que se introdujo en papel higiénico, chapas, pegatinas, vasos de plástico, etc.

Finalmente, tras la producción de todo este marketing publicitario, se celebró, a modo de cierre de campaña, un mitin. Con la colaboración del ayuntamiento igual que con diferentes establecimientos especializados se preparó en la plaza de la Quintana un escenario, diferentes estudiantes se volvieron por una noche atractivos acompañantes como azafatas y guías ofreciendo panfletos de información a los asistentes, una pantomima de presidente dio un feroz y enfervorizado discurso en el que con la colaboración irónica y literal de todo el público se ensalzaban las virtudes de la privatización total de la vida.

El evento, cubierto puntualmente por los medios de comunicación, resultó un éxito, en el que esta propuesta cumplió el objetivo inicial, la incrustación del arte



"La estética será la ética del futuro"

Lennin